lunes, 13 de abril de 2015

Horizontal



Caigo sobre un vacío de realidad,
esquivando y entrañando pesadillas;
vieras que bien se siente respirar, 
el aire ingrato de la libertad.
Tiene un olor a misterio y tierra húmeda,
también a noche despejada y fría...
es ilógico por que voy cayendo 
y mientras uno cae puede pensar de todo
en amor, en libertad,en utopías epicureístas o en ti,
yo pienso en ti sin catalogarte en donde aplicas,
no te pienso con amor ni con dicha,
tampoco con tristeza ni con aprecio,
solo pienso en ti.

Sigo cayendo y el silbido por mis oídos los tarareo
como cuando cantas "Wish you where here",
pasan aves por mi lado mirándome como si fuera un extraño,
Ellas vuelan por nuestras calles y no las miramos así...
no me importa y sigo cayendo,
caigo y pienso en lo libre que podría ser,
pienso en las alas enredadas, en la felicidad atormentada,
caigo en la fría ciudad, la noche no es tan buena como dicen,
muchos le llaman volar a caer,
muchos de ellos son arriesgados;
no gritan al caer, dejan que la ciudad grite por ellos
por que ya son libres.

Yo quiero ser libre, pero no quiero que nadie grite por mi,
tampoco quiero caer, aunque floto sobre un vacío
¿A donde iré? ¿Realmente estoy pensando?
se acerca el amanecer y sigo cayendo sin pensar en el aterrizaje,
el sol mañanero me toca con sus rayos y olvido por completo la noche;
pienso en lo lindo que sería ser libre, 
también pienso si al ser libre seguiré viendo ese sol tan radiante.
Choco con ramas que me braman: ¡Detente, no caigas más!
pero ya es tarde, yo caigo para buscarte.
mientras caigo me miro las palmas de mis manos, 
como se mueven a merced de la gravedad, no es tan grave como se lee.
debí traer un libro, me aburro cayendo,
a veces siento frío, mi cobija roja me caería bien,
pero soy yo quien está cayendo.
los pájaros no hablan español, las montañas no tienen ojos;
es un desespero complaciente esto de ser libre.

De lejos veo mis sueños,
aquellas metas que podría cumplir,
flotan como bandadas sin rumbo y entre ellas veo una silueta;
sigo cayendo, sigo pensando,
nadie grite, por favor.
La gran nube de sueños choca con mi mirada,
mis manos se enredaban con cada sueño,
grito pero el ruido se disipa con el aire ingrato de la libertad;
de repente algo me sujeta,
es raro por que sigo cayendo,
es raro por que mis sueños no tienen manos.
Entonces del pensarte pase a verte,
eras tú quien me sujetaba,
me observabas con ojos de libertad
pero me sentía preso por como me agarrabas,
sonreías con sabor a fresas con mora
y tu mirada opacaba el sol;
seguía cayendo sin percatarme
que horizontalmente caía por mis sueños,
por ser libre.
Gracias a ti descubrí que volar en vertical es suicida
y horizontalmente podemos viajar tu y yo
sin necesidad de apresar nuestras manos. 

Mi sueño y realidad no se distingue.

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