Si
bien sabes que tú amor es importante para mí.
Pero
¿Sabes la importancia de tu cuerpo?
¿Sabes
las funciones que ejercen cada parte sobre mí?
Empecemos
por tu cabello. Cada hilo es una hoja de un árbol, que al ser meneado por el
viento crea esa sinfonía de calma entre mis dedos; en un cuarto de
esquizofrenia, esa sinfonía es la cuna de todo mal y peligro.
Bajamos
un poco y encontramos tus ojos. Esas dos ventanas que reflejan esperanza, esas
lumbreras que abren camino hacia lo inexplorado, hacia tu ser. Salimos, resbalamos
hacia tu boca y encuentro ese mundo
lleno de sentimientos expresados, encuentro esa curva a la que me gusta
estrellarme, amortiguarme en el superior y dejarme llevar por la eventualidad a
la que llaman beso.
Recorro
con mis dedos hasta encontrar tu cuello, una pista que la naturaleza me da para
saber de qué estas hecha. Es un cuello con aroma a frutas o quizá a café por la
mañana. Un cuello con un brillo más dorado que el otoño, un cuello al que
esnifo como droga.
Llegamos
a tu torso, aquél cuerpo de jarrón que tanto anhelo, que tanto miro y tomo.
Aquél seno en donde apoyo mis miedos y duermo como un gato que al mirar la luna
nueva, se siente mecido en su cuna. Ese abdomen que, como chaleco anti-balas,
me escuda de las malas vibras y me asegura que todo estará bien. Tus brazos me equilibran
entre el bien y el mal al igual que tu cintura.
Llegamos
a esa parte que emana los más exhaustos y deleitantes deseos. Esa parte que
miramos con la piel y con los ojos cerrados. Se va la sed de deseo…
Tus
hermosas piernas me tienen loco. Es algo que no se explica, se observan y se
deleitan. Sería un delito no alagarlas, veo cada paso como las notas de un
pentagrama de alguna obra maestra, Beethoven tal vez.
Persigo
tus huellas y me doy cuenta que tus pies me mantienen donde estoy, estoy a
ellos porque son mejores que cualquier mapa. Me guían y me mantiene seguro un
camino a tu lado. Hoy me he dado cuenta que no solo tu amor es importante para mí.
Toda tu existencia física y astronómica es lo que me mantiene cuerdo y cursi.
Todo
de ti es importante para mí.
Todo
eres, todo serás.