Y
es que uno mira al cielo mientras patea piedras,
Y
se da uno cuenta que uno no vale nada cuando no tiene ese alguien que le llena
ese algo.
Uno
mira ese vacío existencial y las ganas de llorar no hacen falta.
“Be
strong” pero uno es débil, uno no es nada; uno es un rompecabezas a medio
armar.
Uno
tiene miedo de que el agua que le llena se seque; uno baja la luna y despeja
los cielos para que ella sonría. Uno quiere un edén con ella. Uno quiere
tomarle la mano, besarle la frente y decirle que todo estará bien. Uno quiere
lo mejor para ella.
Uno
es feliz con ella, uno entra en susto frenético cuando no siente su voz, su
piel.
Es
por eso que uno escribe; porque uno sabe que ella lee, que ella lo siente, que
ella siente.
¿Entonces
por qué ella no está aquí?
Uno
necesita de esos abrazos que aromatizan la piel, que calman la más tormentosa situación.
Uno
necesita perderse en esa mirada grande, uno necesita cerrar los ojos y
acostarse con ella sobre las hojas secas de un verano sombrío.
Uno
necesita la carne de sus labios, el frio de su corazón y volverlo la chimenea más
ardiente.
Que
las palabras acaloren las yemas de sus dedos y tracen historias en la espalda.
Uno
necesita la sinfonía de su carcajeo, uno necesita olvidar lo malo.
Uno
camina en un callejón y mientras mira su silueta en la luna uno piensa:
¡Mierda,
me hace falta!
Uno
recuerda la frase de un amigo: “El amor de una mujer es la X en el mapa de un
hombre”
Uno
necesita el amor de ella.